Willi Baumeister. Pinturas y dibujos
Museu Fundación Juan March, Palma de Mallorca
En la ciudad de Palma, la calle de Sant Miquel es una de las más comerciales, y desde luego de las más transitadas. Sería por la lluvia –y el riesgo de grandes precipitaciones que auguraba la alerta amarilla- por lo que la jornada de inauguración de la muestra de Willi Baumeister no se atravesaba esta vía peatonal con facilidad.
Y es que el Museu Fundación Juan March ocupa un espléndido casal de esta calle. En la segunda planta, atravesadas –o no- las salas de su espléndida colección de arte contemporáneo español, se acaba de inaugurar una exposición generosa de obras del alemán Willi Baumeister. Algo así como una retrospectiva concentrada. Cincuenta pinturas y veinticinco dibujos además de material documental que muestra su especial relación con España: la realización de la escenografía para el estreno de El amor brujo de Manuel de Falla en Stuttgart. Corría 1947.
La internacionalización del verano palmesano
Willi Baumeister (Stuttgart, 1889-1955) es una de las figuras más relevantes de las vanguardias históricas en Alemania, que precisamente por su fortaleza creativa sufrió el rechazo que el nacionalsocialismo le impuso. A pesar de los altibajos que el fascismo y la guerra impusieron a su labor pedagógica, su obra pictórica mantiene una gran coherencia en su desarrollo a la altura de los mejores.
Mantiene un curioso paralelismo con la evolución de Joan Miró, otro vanguardista relevante –al que mucho mejor conocemos por aquí- a través de cuya obra se puede realizar un recorrido por las vanguardias del siglo. De Willi Baumeister comienza la exposición con un impresionante óleo –Casa con árboles en Amden- de 1913 que se hermana con el primer abstracto que acababa de presentar Kandinsky. Desde esta excelente abstracción lírica de un paisaje, la exposición transita por su obra en virtud de similitudes formales, mostrando así el desarrollo formal que le acerca al constructivismo de Malevich, al cubismo de un Braque o un Picasso o al surrealismo de Miró en sus pinturas salvajes.
Para finalmente permanecer en la abstracción desde la plasmación de temas más o menos dificultosamente reconocibles como sus representaciones de deportes o del juego del ajedrez. Baumeister se explica señalando que el término pintura abstracta “resulta bastante discutible”: “Todo esto está mucho más próximo a la naturaleza de lo que normalmente se cree. (…) Cuanto más ingenua sea la mirada, más rápidamente dará con el punto de vista apropiado y justo. No hay que preguntar qué es lo que ha querido conseguir el artista, sino que hay que partir de lo que se ve”.
Porque otro de los aciertos de esta exposición es la inclusión en el catálogo –en la muestra se pueden leer algunas citas en las paredes- de importantes textos del autor que no resultaban de fácil acceso. También se ofrecen análisis sobre sus puntos de contacto con Suiza, Italia y España. Estos serán los enclaves en que recalará esta exposición, que se muestra en Palma hasta el mes de diciembre (siendo la única de las sedes de la Fundación Juan March que la exhibirá), para viajar después al Kunstmuseum Winterthur suizo y al MART Museo di arte moderna e contemporanea di Trento e Rovereto en Italia.
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