Tomo prestado el título para este cuaderno del libro de Federico Hernández de Goncer (Palma, 1948), cuyo subtítulo es espléndidamente expresivo de qué quiero yo hacer en este periplo: Fantasía biográfica de la isla de Mallorca. Una isla, como una vida, se construye día a día, y la nuestra está viva y plena de vivencias actuales y remotas: visitantes ilustres, residentes con cosas que decir y que mostrar, homenajes a quienes fueron y estuvieron, huellas en la isla, muchas todavía frescas, y manifestaciones artísticas de variados signos...


martes, 19 de marzo de 2013

Novelas de arte





De vez en cuando mi voracidad lectora se enrola en territorios fáciles. Las historias noveladas con trasfondo artístico ‑especialmente si caen en el período que tanto me apasiona de principios de siglo (el veinte) y tienen que ver con la vanguardia artística‑ me pierden a veces. Suelen ser libros que trasiego con facilidad en un par (mallorquín) de idas y venidas en tren (qué descubrimiento, la maravilla de ir y venir a Palma en tren, algunos cambios están siendo para bien). Así me ha ocurrido con Una tienda en París, de Màxim Huerta. La novelada historia de una chica madrileña que encuentra y busca su lugar en París, re-viviendo la vida de Alice Humbert, una alter ego de Alice Prin (Châtillon-sur-Seine, 1901 — Sanary-sur-Mer, 1953), más conocida como Kiki de Montparnasse, quien a su vez es también personaje de la novela. Ella, su relación con los hombres, y sólo de soslayo, su amante Man Ray. Otros personajes reales son Moïse Kisling o Modigliani. Ambos titularon varias de sus obras (desnudos en el caso de Kisling) con el nombre de Alice. De esos cuadros proviene el nombre de la protagonista. Es una novela divertida, anclada a la realidad de la geografía parisina y ya digo, a algunos de sus artistas en los vigorosos años 20 (otros, como el amante de la prota inventada, el arquitecto Érno Hessel, también es inventado), que no falsea la realidad del momento, pero que no merece más que una lectura rápida. No obstante llevar ya siete ediciones. Suerte para el editor y para el autor.

Otro caso es el de la novela de Care Santos Habitaciones cerradas  o Habitacions tancades en sus dos versiones, y su Amadeo Lax tan creíble que ha hecho iniciar su búsqueda en internet a más de uno. Búsqueda que actualmente conduce al pintor modernista catalán de principios de siglo. Esta vez en una historia que te lleva a odiar la dicotomía entre la obra de un creador y su vida personal y que te enrolla en una historia delicada y sugerente de amor, arte y guerra.

Supongo que seguiré cayendo en tentaciones como esta, porque a veces sí se hacen hallazgos. Aunque ya se sabe, es mejor leer las autobiografías de estos personajes, que son muchas e interesantes. Porque reales, tampoco se puede confiar en que sean.

Primera reproducción: Alice de Modigliani con las esmeraldas de la novela
Siguientes reproducciones: Alice vista por Kisling