Tomo prestado el título para este cuaderno del libro de Federico Hernández de Goncer (Palma, 1948), cuyo subtítulo es espléndidamente expresivo de qué quiero yo hacer en este periplo: Fantasía biográfica de la isla de Mallorca. Una isla, como una vida, se construye día a día, y la nuestra está viva y plena de vivencias actuales y remotas: visitantes ilustres, residentes con cosas que decir y que mostrar, homenajes a quienes fueron y estuvieron, huellas en la isla, muchas todavía frescas, y manifestaciones artísticas de variados signos...


domingo, 27 de septiembre de 2015

Arte urbano para El Terreno


Mural de can Planes

La semana que terminaba con la Nit de l’Art la plaza Gomila de Palma se engalanaba con una importante intervención artística. Un extenso mural que cierra el solar que fuera de can Planes y otras dos paredes de edificios ahora desocupados.

No se puede decir que esta iniciativa sea el punto de partida de un plan de rehabilitación de El Terreno, eso debería estar claro; pero sí que demuestra un inicio de interés por el barrio.

Las imágenes hablan por sí mismas:

Solar de can Planes, febrer 2015

Mur al solar de can Planes, juliol 2015

Se ha venido hablando, estos días, sobre la realidad –o no- de que «Cort promueve el arte urbano en El Terreno»; se ha explicado cómo se ha organizado el proyecto denominado CastAway con el Urban Art Club valenciano, que ha reunido cerca de una veintena de artistas para realizar esta tarea. Todo y que el presupuesto ha sido sólo de mil euros; se ha hablado también del tema plasmado, que no ha sido otro sino el drama migratorio y de los refugiados que está viviendo Europa.

Barca de refugiats, carrer Robert Graves 
Pero todo esto ya se ha dicho. Y bastante más, ya que aprovechando esta reunión de artistas tuvo lugar una mesa redonda para hablar de la cuestión, tema que no es nuevo en Palma. La asociación de vecinos de Canamunt no hace demasiado que realizó un taller de concienciación con el departamento educativo del museo Es Baluard. Del taller resultó este video. El educador visual y comisario Jordi Pallarès desgranó una reflexión en el artículo «Reconquerir laciutat que volem» en el diario AraBalears.

Por todo ello no seré yo quien diga más que los expertos que han estudiado el tema. Aunque no pueda por menos de manifestar lo mucho que me gusta esta intervención. A pesar de que sepa de su poca perdurabilidad –nos encontramos ante un tipo de arte efímero-, ya sea por la falta de conservación de la pintura, por el sol que se la comerá, por las degradaciones que producen los propios viandantes, por algún tipo de vandalismo, por...

También se de la dificultad para establecer unos límites al arte urbano. ¿Cuándo es una maldad que ensucia un portal, una pared? ¿Cuándo es una aportación ornamental?

El graffiti de la plaza Gomila me ha parecido de las mejores actividades de la Nit de l’Art. Por su organización, por su utilidad, por su fin, por la unión de artistas cuyo trabajo final nos alegra el paso cotidiano por esta plaza, además de hacernos pensar, de enfrentarnos ante la cruel realidad.

Bellesa per fer-nos pensar en el pitjor
Una intervención como esta no es lo que más necesita El Terreno, o sí, porque significa que alguien está pendiente de sus necesidades, y que se ha puesto a ello.

Ah, no puedo dejar de mencionar la participación en el proyecto de dos habituales de la calle palmesana: están tanto Joan Aguiló de quien son ya bien reconocibles sus niños como Soma.

Joan Aguiló
SOMA

Lo que nos da pie para retomar más adelante el tema, a la manera en que la bloguera Laura RS realiza un recorrido por las propuestas de arte urbano en Palma.







domingo, 20 de septiembre de 2015

Me hierve la sangre


Ahora que Palma reprende la actividad artística, a mí me hierve la sangre, toda la que durante el verano ha estado y seguirá rezumando en la Capilla del Rosario de Pollença hasta casi finales de este mes de septiembre.

Rojo. Terciopelo. Luz que refleja el rojo que cuelga. Rojo también el suelo, húmedo del goteo de sangre. Sangre –claro que civilizada, en forma de tinta- que se recoge en un gran marco rectangular situado en el suelo. Rojo que va plasmando su propia representación pictórica.

La causa que da pie a esta Fuerza de gravedad se encuentra en el altar. Luz que destaca el retablo central con la Virgen del Rosario, pero también con la luz blanca que nos dirige la mirada hacia el rectángulo blanco de la pantalla que exhibe el video de la matanza de inocentes producida en Iraq en 2007 que Julian Assange denunció en 2010 a través de Wikileaks.

Anestesia. Es el estado en que nos encontramos. Todos. Nosotros. Lo dice Susan Buck-Morss cuando revisa la visión que sobre la alienación de la humanidad sentenció Walter Benjamin, al decir aquello de que «la humanidad... es ahora un espectáculo por sí misma». Lo importante ahora es salir de la anestesia que nos impide percibir lo que está pasando.

La Fuerza de gravedad que Astrid Colomar ha colgado en la Iglesia de Santo Domingo de Pollença nos situa ante un fenómeno estético: el conjunto de rojos y terciopelos que rezuman, es decir, el conjunto de butacas de terciopelo rojo primorosamente colgades del techo e iluminadas, no son más que la representación de la sangre rezumada por el mal en el mundo. La matanza de inocentes en Iraq denunciada por Assange tanto como ahora la muerte de más inocentes en aguas del mediterráneo en la huida de los sirios de un país que se ha vuelto inhabitable.

Es también el efecto estético de la propuesta de Astrid Colomar la que nos hace pararnos ante la realidad del mundo, a partir de la belleza que nos propone, con la intención de sacarnos de nuestra propia anestesia. De hacernos conscientes de la realidad.

Nos ofrece un momento de reflexión; también de belleza, en la percepción del arte como aproximación a la realidad.


Fuerza de gravedad, instalación de Astrid Colomar. Proyecto comisariado por Georgina Sas.
Iglesia de Santo Domingo de Pollença, 18/07-25/09, 2015.