El amor y la muerte. Historia de Enrique Granados
Película dirigida por Arantxa Aguirre; Rosa Torres-Pardo, productora ejecutiva
López Li Film, 2018. 77'
Ocho
veces vino en vida el pianista y compositor Enrique Granados a Mallorca. Ocho
ocasiones documentadas por la musicóloga Eugènia Gallego, biógrafa de Antonio
Noguera, el gran gestor cultural de principios del siglo XX a quien debemos
esta frecuencia, y a quien Granados dedicó entre otras la Jota Miel de la Alcarria que el autor incluyó habitualmente en sus
actuaciones en la isla.
Nueva
ocasión de recibir a Enrique Granados en la isla -uf su relación con las islas
y el mar que las rodea- la ha dado el ciclo Mujeres de Cine 2018, IX Muestra Itinerante de Cine Español Hecho por Mujeres que
por segundo año ha tenido una de sus sedes en la Fundació Miró Mallorca, que
acogió la presentación de la película documental El amor y la muerte. Historia de Enrique Granados dirigida por
Arantxa Aguirre y producida por López Li Films junto a RTVE con la colaboración
de Acción Cultural Española. Su estreno oficial tuvo lugar en la Seminci, la Semana internacional de cine deValladolid el pasado mes de octubre y tras este, se ha venido presentando
en diversas localizaciones. La Fundació Miró Mallorca lo ha hecho con la
presencia tanto de la directora como de la productora ejecutiva, Rosa Torres
Pardo, acompañados por miembros de la familia del músico Granados.
La cita
tuvo un previo muy especial, con Rosa Torres Pardo sentada al piano que viene
ocupando el centro de la Sala Estrella de la fundación mironiana para
deleitarnos con una muestra de la música que de su propia mano resulta
imprescindible en el film proyectado.
Los cerca
de 80 minutos de película ofrecen un recorrido por la vida y la obra de Enrique
Granados, estructurado de forma cíclica con un principio y un final moroso que
se deleita en su relación con el mar: dibujos de la mano de Ana Juan con
pequeñas animaciones para situar la procedencia cubana -isleña por tanto del
músico- de la misma forma que se narra su trágico final, ahogado en el mar de
retorno a España, de nuevo procedente de una isla, tras el bombardeo sufrido
por el barco en que regresaba del estreno neoyorquino de su ópera Goyescas.
Su
proceso formativo y de eclosión de su obra musical entre París, Madrid y
Barcelona se ilustra con la obra pictórica del momento y algunas imágenes del
momento, para eclosionar en su producción musical puesta en manos de grandes
intérpretes: del pianista Evgeny Kissin, la guitarra de Cañizares, las cuerdas
del cuarteto Bretón al piano de Rosa Torres Pardo con los cantaores Arcángel o
Rocío Márquez, sin citar a todos los artistas que músicos o bailarines, permiten
desplegar una interesante y particular visión del nacionalismo en música de
Enrique Granados. Nacionalismo como introducción del folklore en música, porque
Granados y Albéniz eclosionan en Falla, de la mano de Felipe Pedrell y Antoni
Noguera en nuestro ámbito balear irrumpiendo así la vanguardia musical del
siglo XX.
Con estos
artistas ensayando y tocando a Granados junto a su obra bailada pone Arantxa
Aguirre en música la evolución y la eclosión de su obra. Lo mejor de su
película es el montaje musical tan impecable, con mucha vitalidad y encajes
audaces que muestran un punto de vista intrépido del músico. Granados hecho
música en una visión osada.
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Publicado el 3 de enero de 2019 en Bellver,
suplemento de Diario de Mallorca
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