Tomo prestado el título para este cuaderno del libro de Federico Hernández de Goncer (Palma, 1948), cuyo subtítulo es espléndidamente expresivo de qué quiero yo hacer en este periplo: Fantasía biográfica de la isla de Mallorca. Una isla, como una vida, se construye día a día, y la nuestra está viva y plena de vivencias actuales y remotas: visitantes ilustres, residentes con cosas que decir y que mostrar, homenajes a quienes fueron y estuvieron, huellas en la isla, muchas todavía frescas, y manifestaciones artísticas de variados signos...


lunes, 2 de noviembre de 2015

Cuando una orquesta llena el aljibe

Foto del facebook de la JOIB

¿Puede ser que hubiera olvidado lo mucho que me gusta escuchar música en directo? Rectifico, me refiero a escuchar música orquestal. Debo entonar un inmenso mea culpa; soy yo la que casi no asiste a conciertos en estos últimos tiempos –acerca de los motivos mejor no hablamos-.

No, no creo que fuera efecto de la carencia la impresión que me produjo anoche la Jove Orquestra de les Illes Balears en la presentación de su temporada 2015-16. El aljibe del museo Es Baluard de Palma no parecía –a priori- la mejor sala de conciertos. Supongo que el tiempo de ensayos debió ser complicado por exceso de reverberación. Pero en el momento del concierto, el público ocupando las sillas aportó la masa necesaria para lograr el efecto conseguido, que fue el de una sonoridad espectacular, nítida y muy bien repartida. Yo estaba situada como a la mitad de la sala, y el primer la de afinación del oboe pareció llegarme como si lo tuviera a mi lado. A partir de ahí todo fue dejarse envolver por el sonido. Por la orquesta.

El concierto se inició con una importante modificación respecto al programa –me encantan improvisaciones así-: Javier Bonet, el trompa de la ONE  que vino a arropar a esta joven orquesta en la interpretación del Concierto de Mozart, había aprovechado su estancia en Mallorca para ofrecer una Masterclass a los estudiantes de trompa. Con la muestra final del trabajo realizado iniciaron el concierto. Así, con un octeto de trompas muy colorista y bien resuelto pudimos comprobar que la caja acústica del aljub nos deparaba una agradable velada.

La primera parte se completó con el Concierto para trompa de Mozart con Javier Bonet como solista. Joan Barceló a la batuta y Bonet ofrecieron una versión muy clasicista y especialmente adornada en los solos, que sonó nítida y bella.

La segunda parte presentaba ya a la JOIB en pleno. Las Danzas rumanas de Bela Bártok en la transcripción que el autor realizó de su primera versión para piano resultaron animadas y permitieron vislumbrar el sonido de todas las secciones de la orquesta. Como colofón, abordaron la Primera Sinfonía de Beethoven con toda la energía y quizás más de la necesaria en el brioso allegro molto inicial. El aljibe acogió toda la sonoridad, que por suerte la batuta de Joan Barceló supo después encauzar. Un placer dejarse embaucar por el sonido envolvente del conjunto orquestal aupado por la sonoridad del aljub. La sinfonía transitó en un devenir muy agradable. Dificultades de entrada todos a una le ocurren hasta al maravilloso Baremboim.

No voy a dejar de insistir en la maravilla que es poder asistir a un concierto en directo. En la maravilla que es poder escuchar una orquesta en directo. En la diferencia entre el sonido de las grabaciones –por muy buenas que estas sean- y el sonido envolvente del directo. Si la interpretación tiene un mínimo de calidad, no hay comparación posible.


Yo asistí ayer al primer concierto de temporada de la Jove Orquestra de les Illes Balears que dirige Joan Barceló; yo soy también la que en la temporada anterior me he perdido alguno de los hitos con que han demostrado fuerza y coraje, como los estrenos del Eternal Ligh a Réquiem de H. Goodall o de la Sinfonía Tramuntana del mallorquín Antoni Mairata. Así que ojalá pueda seguirles en esta segunda temporada en la que mantienen un ritmo elevado de actividades. Quizá incluso consigan algún patrocinio institucional, o la cesión de un lugar como el aljub como sede de conciertos… para todo ello, vaya desde aquí mi deseo de éxito.

domingo, 27 de septiembre de 2015

Arte urbano para El Terreno


Mural de can Planes

La semana que terminaba con la Nit de l’Art la plaza Gomila de Palma se engalanaba con una importante intervención artística. Un extenso mural que cierra el solar que fuera de can Planes y otras dos paredes de edificios ahora desocupados.

No se puede decir que esta iniciativa sea el punto de partida de un plan de rehabilitación de El Terreno, eso debería estar claro; pero sí que demuestra un inicio de interés por el barrio.

Las imágenes hablan por sí mismas:

Solar de can Planes, febrer 2015

Mur al solar de can Planes, juliol 2015

Se ha venido hablando, estos días, sobre la realidad –o no- de que «Cort promueve el arte urbano en El Terreno»; se ha explicado cómo se ha organizado el proyecto denominado CastAway con el Urban Art Club valenciano, que ha reunido cerca de una veintena de artistas para realizar esta tarea. Todo y que el presupuesto ha sido sólo de mil euros; se ha hablado también del tema plasmado, que no ha sido otro sino el drama migratorio y de los refugiados que está viviendo Europa.

Barca de refugiats, carrer Robert Graves 
Pero todo esto ya se ha dicho. Y bastante más, ya que aprovechando esta reunión de artistas tuvo lugar una mesa redonda para hablar de la cuestión, tema que no es nuevo en Palma. La asociación de vecinos de Canamunt no hace demasiado que realizó un taller de concienciación con el departamento educativo del museo Es Baluard. Del taller resultó este video. El educador visual y comisario Jordi Pallarès desgranó una reflexión en el artículo «Reconquerir laciutat que volem» en el diario AraBalears.

Por todo ello no seré yo quien diga más que los expertos que han estudiado el tema. Aunque no pueda por menos de manifestar lo mucho que me gusta esta intervención. A pesar de que sepa de su poca perdurabilidad –nos encontramos ante un tipo de arte efímero-, ya sea por la falta de conservación de la pintura, por el sol que se la comerá, por las degradaciones que producen los propios viandantes, por algún tipo de vandalismo, por...

También se de la dificultad para establecer unos límites al arte urbano. ¿Cuándo es una maldad que ensucia un portal, una pared? ¿Cuándo es una aportación ornamental?

El graffiti de la plaza Gomila me ha parecido de las mejores actividades de la Nit de l’Art. Por su organización, por su utilidad, por su fin, por la unión de artistas cuyo trabajo final nos alegra el paso cotidiano por esta plaza, además de hacernos pensar, de enfrentarnos ante la cruel realidad.

Bellesa per fer-nos pensar en el pitjor
Una intervención como esta no es lo que más necesita El Terreno, o sí, porque significa que alguien está pendiente de sus necesidades, y que se ha puesto a ello.

Ah, no puedo dejar de mencionar la participación en el proyecto de dos habituales de la calle palmesana: están tanto Joan Aguiló de quien son ya bien reconocibles sus niños como Soma.

Joan Aguiló
SOMA

Lo que nos da pie para retomar más adelante el tema, a la manera en que la bloguera Laura RS realiza un recorrido por las propuestas de arte urbano en Palma.







domingo, 20 de septiembre de 2015

Me hierve la sangre


Ahora que Palma reprende la actividad artística, a mí me hierve la sangre, toda la que durante el verano ha estado y seguirá rezumando en la Capilla del Rosario de Pollença hasta casi finales de este mes de septiembre.

Rojo. Terciopelo. Luz que refleja el rojo que cuelga. Rojo también el suelo, húmedo del goteo de sangre. Sangre –claro que civilizada, en forma de tinta- que se recoge en un gran marco rectangular situado en el suelo. Rojo que va plasmando su propia representación pictórica.

La causa que da pie a esta Fuerza de gravedad se encuentra en el altar. Luz que destaca el retablo central con la Virgen del Rosario, pero también con la luz blanca que nos dirige la mirada hacia el rectángulo blanco de la pantalla que exhibe el video de la matanza de inocentes producida en Iraq en 2007 que Julian Assange denunció en 2010 a través de Wikileaks.

Anestesia. Es el estado en que nos encontramos. Todos. Nosotros. Lo dice Susan Buck-Morss cuando revisa la visión que sobre la alienación de la humanidad sentenció Walter Benjamin, al decir aquello de que «la humanidad... es ahora un espectáculo por sí misma». Lo importante ahora es salir de la anestesia que nos impide percibir lo que está pasando.

La Fuerza de gravedad que Astrid Colomar ha colgado en la Iglesia de Santo Domingo de Pollença nos situa ante un fenómeno estético: el conjunto de rojos y terciopelos que rezuman, es decir, el conjunto de butacas de terciopelo rojo primorosamente colgades del techo e iluminadas, no son más que la representación de la sangre rezumada por el mal en el mundo. La matanza de inocentes en Iraq denunciada por Assange tanto como ahora la muerte de más inocentes en aguas del mediterráneo en la huida de los sirios de un país que se ha vuelto inhabitable.

Es también el efecto estético de la propuesta de Astrid Colomar la que nos hace pararnos ante la realidad del mundo, a partir de la belleza que nos propone, con la intención de sacarnos de nuestra propia anestesia. De hacernos conscientes de la realidad.

Nos ofrece un momento de reflexión; también de belleza, en la percepción del arte como aproximación a la realidad.


Fuerza de gravedad, instalación de Astrid Colomar. Proyecto comisariado por Georgina Sas.
Iglesia de Santo Domingo de Pollença, 18/07-25/09, 2015.

viernes, 21 de agosto de 2015

«Abductio». Lecho de la Virgen, una instalación


Abductio / Jorge Mayet
foto Joan Guaita Blog

Vaya por delante mi declaración de aconfesionalidad, cuando no de ateísmo. Algo que debería manifestar en sus actos –en este punto de la historia- nuestra cúpula dirigente. Por eso mismo, y sin que pueda parecer contradictorio, quiero dejar claro aquí mi satisfacción por la celebración y buena organización de la Exposición de los lechos de la Virgen producida por el Consell Insular de Mallorca junto al Bisbat de Mallorca.

Como graduanda en historia del arte sí me interesan –y mucho- las iglesias y sus colecciones; y como amante de la historia y de nuestro carácter, tan marcado por la religión cristiana. El que no participe en la celebración de la Asunción de la Virgen no quiere decir que no lo haga en el reconocimiento del hecho escultórico que con tanta fuerza se desplegó en la isla. Si los pasos procesionales barrocos me resultan atractivos por el momento histórico que representan (no pienso en el momento de la procesión sino en su exhibición) también me parece muy sugerente el recorrido por las iglesias de la isla para ver en su lugar, es decir, allá para donde fueron pensadas, las distintas versiones de los Lechos de María. Y que el Consell y el Obispado con la importante colaboración de entidades como la Catedral de Mallorca, ARCA o la Fundació Amics del Patrimoni le den visibilidad –como se dice ahora- me parece una magnífica propuesta.

Como dice el coordinador Gabriel Carrió, «los lechos marianos que se montan en toda Mallorca son la concreción formal de un mensaje profundo y antiguo que siempre ha ido ligado al arte»; son además parte de nuestro patrimonio histórico y cultural.  No en balde, como nos recuerda, esta tradición ahora tan cristiana encuentra un punto de partida en celebraciones mucho más antiguas para pedir protección contra las tormentas de verano, en el caso de la diosa grecorromana Diana Artemisa. Podríamos llegar a la Diosa Blanca y todas sus manifestaciones como nos mostró Robert Graves.

Hace trece años que esta iniciativa está en marcha, recogida en un folleto donde se especifican los horarios de visita a cada uno de los lugares –imprescindible conocer los horarios de apertura de cada lugar y momento- con la información de las otras actividades desarrolladas: mesa redonda sobre confluencias y problemáticas entorno a esta tradición, recorridos preparados y celebración de la Fiesta del Esplendor del Mediterráneo. Además de la exposición de una instalación contemporánea expresadamente requerida a un artista.

Este año, el cubano afincado en Palma Jorge Mayet nos ha ofrecido una sutil composición en que la imagen de la Virgen Dormida es la de la iglesia conventual de Campos, una escultura de las más sencillas, sin coronas ni grandes dorados, y creo también que de las más pequeñas, que se exhibe abducida, en el momento de la asunción, provocando un fuerte contraste con la presentación tradicional: grandes lechos que acogen la imagen, a manera de cajas robustas y pesantes, doseles como ampulosos catafalcos y ángeles, muchas figuras de ángeles a su alrededor. Jorge Mayet utiliza una figura del mismo repertorio pero nos la presenta sin peso, descansando en algo que se parece más a una nube de color azul cielo, desprendida de la tierra, donde ha quedado un resto, mientras parece  ascender hacia la nube blanca reluciente que la va a acoger. Abducida, en el concepto de separación del cuerpo tanto como en el de ascenso hacia el cielo. Si tan características en la obra de Mayet son las raíces que nos atan a la tierra, aquí destacan precisamente por su ausencia.

Abductio / Jorge Mayet

Instalación en la iglesia dels Sagrats Cors, calle Sant Gaietà, Palma.
Del 10 al 18 de agosto de 2015

jueves, 13 de agosto de 2015

Paseo de arte por Alaró

Tras la noche de Alart Art de nit a Alaró queda toda una semana de fiestas en que visitar, cualquier día a la caída de la tarde, unas cuantas propuestas. Me gusta mucho más adentrarme en salas dedicadas a un artista, donde puedes captar cierta esencia de un trabajo que en colectivas como las que se organizan en el hall y los soportales del Ajuntament. Allí siempre puedes descubrir puntos de vista artísticos que te emocionen, pero el eclecticismo no es lo más cautivador. En el patio sí se muestran juntas una selección de esculturas de Alfred Lichter que ya no tiene espacio propio para su fundación.



Fundidas en hierro de cañones da expresivo título al trabajo del escultor Antoni Miquel Morro instalado en el nuevo espacio Escultura Balear (calle Joan Alcover 1, esquina a la avenida que nos llevará a la plaza). Figuras humanas siempre femeninas que merecen la visita.



Subiendo hacia la plaza, es la galería Addaya Centre d’art contemporani el siguiente punto. ¿Cómo vive un viajero impenitente en una isla? es la propuesta de Fernando Villena. Island life: Work in progress. Trabajo, como una vida, en proceso, el que presenta, en el que esa vida en la isla se ha vuelto geométrica. Son obras de abstracción geométrica en que los distintos niveles de vida, o pictóricos, se muestran separados como por marcos o cortinas. De la organicidad toda sinuosa y llena de curvas de la vida captada en sus fotografías a la línea que rompe en espacios el lienzo. ¿Por qué, me pregunto yo, esa geometrización de la isla? Enrique Martínez Goikoetxea habla de un paso en su obra de la figuración a la abstracción, pero también de la importancia «de los viajes y la experiencia de llamativos escenarios naturales, en la búsqueda de la luz o la experimentación con un espacio». La experimentación del espacio de la isla parece haberle llevado a esta geometrización del espacio. Eso sí, con un uso del color muy atractivo, ¿paisajístico?



Curiosa la propuesta de Can Bou, el más fascinante de los comercios del pueblo. Han dedicado un escaparate a Joan Ávila, ese sugestivo pintor de escenas con personajes colocando unos pequeños cartones con figuras pintadas entre el conjunto de piezas de un juego de café. Sólo es un acercamiento mini a la obra de Joan Ávila, pero tiene gracia.



Enfilando hacia la plaza, en la calle Petit tenemos hace algo más de un año un nuevo espacio sobrio y gris pero moderno y atractivo que viene a demostrar que el arte funciona: Alaró XF (Galeria Xavier Fiol) exhibe unos cuadros todos de idéntico tamaño –lo que no deja de tener su gracia- de Santiago Picatoste. Magnet lo ha titulado.

El color atrae desde la calle. Penetras en la sala y te envuelve, todo diseminado en pequeños retazos. Son obras de tamaño mediano en los que se exhibe una extensa muestra cromática de gran viveza. A manera de acuarios, los cuadros lucen con un brillo especial: la que les confiere el metacrilato sobre el que están realizados. ¿Pintura encajada entre dos soportes? El color, el resultado, se vislumbra a través del brillo del soporte, con una gran vivacidad. Cuadros abstractos, como diría Carlos Jover «en la senda del más riguroso expresionismo abstracto» que van sin embargo mucho más allá en el despliegue del color en lo que es un recuerdo del pop art. Pinceladas, dibujos de estructuras nerviadas como de hojas, recuerdan las impresiones a manera de grabado de elementos de la naturaleza.



O nada o todo de Santiago Ydáñez nos recibe en la sala de exposiciones del Casal Son Tugores con sus monumentales pinturas, más amables de lo que podríamos esperar. Rostros, sí, pero sin distorsión; esta vez no son humanos. Es una espectacular exhibición de animales a tamaño desmesurado, todos con una expresión fundamentalmente amable, entrañable. En la salita del aljibe nos aguardan las obras más exquisitas: las más pequeñas, sí, pero unificadas todas por el color blanco. Un perro, un gato, un caballo. Magistral uso del blanco sobre blanco para conseguir expresión. Expresión de ternura. Resulta una exposición muy reconfortante.

En el hall es una muestra de videos la que parece querer relacionarse con esta demostración de pintura a lo grande: Las bestias que habitan en mí da título a una propuesta de cinco videos comisariada por Adonay Bermúdez que provienen del Tea Tenerife Espacio de las Artes. Responden muy bien al título común: de la asfixia y su expresión a esa bestia que puede manifestarse bailando o simplemente mirándonos a la cara. Depende de nosotros la atención que le demos.

Y por último otra colectiva –muy colectiva- de obras de jóvenes creadores que se despliegan en vídeos, dibujos, esculturas o intervenciones que nos enfrentan a muchas de las vivencias de la vida real: se ha acabado el arte como manifestación de belleza. El arte ahora es denuncia -como por otra parte ya lo había sido en sus inicios-, expresión de la angustia, el temor, el miedo, de emoción en suma. Nos espera en el primer piso del Casal.


Alart Art de nit a Alaró, 7 agosto 2015

lunes, 10 de agosto de 2015

Alaró en danza

Alart: Art de nit a Alaró, viernes 7 de agosto 2015

Con elegancia empezó para mí la cita con el Art de nit a Alaró, un clásico ya de las noches de verano que ha creado escuela por la isla.

Con elegancia, digo, empezó para mí una cita con bastante arte, sí, pero en la que las exposiciones tenían colapso de personal que va a encontrarse –éxito, muchas fueron las caras conocidas-, y cierta dificultad para ver las obras. Lo esperado.

Así que, temprana cita, acudí al primer pase de una de las propuestas de danza: es una noche en la que se inauguran expos pero se ofrecen otros eventos; a las exposiciones les podría hacer un repaso en jornadas venideras, mirando además de viendo.

El Petit Hotel Alaró acogía en la exquisitez de su estancia –qué placer una casa de pueblo tan bien arreglada- la coreografía Lost de Carlos Miró bailada a dúo con Marta Beccatini. Una pequeña muestra de buena danza contemporánea reflexionando sobre la pérdida. Un placer, aún con todo y la opresión que transmitía. Bien por la transmisión de emociones. ¡Qué excelente toma de contacto con la noche, el arte, la sutileza!


Lost. Carlos Miró y Marta Beccatini. Petit Hotel Alaró

De ahí a la calle, cada vez más concurrida y gastronómicamente exitosa. El agosto de las aceras convertidas en bares; mesas ocupadas todas a través de las que moverse. Éxito logrado. Y el Circ Bover con su espectáculo de calle en diversos enclaves. Amenidad completa.

La siguiente cita de baile también nos recibía en un patio interior, esta vez el del Ajuntament. Aquí ya colapso de público. Y ruidos. Y voces. Y codazos. A partir del sonido del arpa japonesa (koto) de Yoko Nomura, Laura Alvarez y Alberto Trabado –Alberto Trabado Performance- aleteaban con posturas de danza como en una improvisación preparada; o al revés, no sé.

Imprescindibles de la noche, entre y entre: las video-proyecciones que todos los bares ofrecían, algunas con pantalla de tele situada entre las mesas, a veces directamente en negro, otras con espacio “dedicado” como el Swith de Liat Berdugo en Sa Fonda. Profusión de videos y poco interés para verlos, algo que destaca mucho en el programa pero pasa desapercibido en la realidad de la noche.

Y Zona compartida, un video realizado por Félix Fernández durante una residencia del artista en Alaró. Este sí, con una gran presencia en el Teatre que, casi vacío, ofrecía un lapso de frescor de lo más agradable en noche sofocante como esa. ¿Enclave muy alejado del meollo? Un trabajo para ver, que a partir de la recreación paisajística del entorno quiere reflexionar sobre el bien y el mal, con momentos muy interesantes.

Un recorrido por talleres y garajes me lleva al último reducto de la danza. La plaça Sebastià Jaume donde Niña de Fuego (Ingrid Medina y Curro Viera) nos ofrecieron el espectáculo Ni lobo ni cordero. Llamarlo danza contemporánea no creo sea lo que mejor lo defina. Espectáculo sí es, y opino que logrado, y contemporáneo también. Percusión, ritmo, movimiento, expresión mímica y gestual en una performance sugerente y con garra.

Ni lobo ni cordero. Niña de fuego
fotografía Elena Ballestero

Se acercaba la medianoche y con ella se iba llenando la plaza de gente. El Art de nit a Alaró es ya la noche que da el sus a las fiestas, anticipándose al pregón y al pasacalles. Así que tras la última actuación de danza, Amalgama de Catalina Carrasco, la bulla estaba garantizada en la plaça de la vila con el Art&Krack del Batucrak d’Alaró. Componentes convertidos en piezas de arte fueron convenientemente “pintados” mientras realizaban su contribución artística a la noche: el gran mural de tela blanca que se ha instalado como faldón del escenario montado en la plaza.

Art&Krack. Batucrak Alaró
fotografía Marga Adrover


Con el ritmo de la batucada vibra Alaró, y Mallorca en pleno. Con su ritmo se puso fin a una noche de arte, pero también inicio a la bulla de las fiestas.