Alart: Art de nit a Alaró, viernes 7 de agosto 2015
Con elegancia empezó
para mí la cita con el Art de nit a
Alaró, un clásico ya de las noches de verano que ha creado escuela por la
isla.
Con elegancia, digo,
empezó para mí una cita con bastante arte, sí, pero en la que las exposiciones
tenían colapso de personal que va a encontrarse –éxito, muchas fueron las caras
conocidas-, y cierta dificultad para ver las obras. Lo esperado.
Así que, temprana
cita, acudí al primer pase de una de las propuestas de danza: es una noche en
la que se inauguran expos pero se ofrecen otros eventos; a las exposiciones les
podría hacer un repaso en jornadas venideras, mirando además de viendo.
El Petit Hotel Alaró
acogía en la exquisitez de su estancia –qué placer una casa de pueblo tan bien
arreglada- la coreografía Lost de
Carlos Miró bailada a dúo con Marta Beccatini. Una pequeña muestra de buena
danza contemporánea reflexionando sobre la pérdida. Un placer, aún con todo y
la opresión que transmitía. Bien por la transmisión de emociones. ¡Qué
excelente toma de contacto con la noche, el arte, la sutileza!
Lost. Carlos Miró y Marta Beccatini. Petit Hotel Alaró
De ahí a la calle,
cada vez más concurrida y gastronómicamente exitosa. El agosto de las aceras
convertidas en bares; mesas ocupadas todas a través de las que moverse. Éxito
logrado. Y el Circ Bover con su espectáculo de calle en diversos enclaves.
Amenidad completa.
La siguiente cita de
baile también nos recibía en un patio interior, esta vez el del Ajuntament.
Aquí ya colapso de público. Y ruidos. Y voces. Y codazos. A partir del sonido
del arpa japonesa (koto) de Yoko Nomura, Laura Alvarez y Alberto Trabado –Alberto Trabado Performance- aleteaban
con posturas de danza como en una improvisación preparada; o al revés, no sé.
Imprescindibles de la
noche, entre y entre: las video-proyecciones que todos los bares ofrecían,
algunas con pantalla de tele situada entre las mesas, a veces directamente en
negro, otras con espacio “dedicado” como el Swith
de Liat Berdugo en Sa Fonda. Profusión de videos y poco interés para verlos,
algo que destaca mucho en el programa pero pasa desapercibido en la realidad de
la noche.
Y Zona compartida, un video realizado por Félix Fernández durante una
residencia del artista en Alaró. Este sí, con una gran presencia en el Teatre
que, casi vacío, ofrecía un lapso de frescor de lo más agradable en noche
sofocante como esa. ¿Enclave muy alejado del meollo? Un trabajo para ver, que a
partir de la recreación paisajística del entorno quiere reflexionar sobre el bien
y el mal, con momentos muy interesantes.
Un recorrido por
talleres y garajes me lleva al último reducto de la danza. La plaça Sebastià
Jaume donde Niña de Fuego (Ingrid
Medina y Curro Viera) nos ofrecieron el espectáculo Ni lobo ni cordero. Llamarlo danza contemporánea no creo sea lo que
mejor lo defina. Espectáculo sí es, y opino que logrado, y contemporáneo
también. Percusión, ritmo, movimiento, expresión mímica y gestual en una
performance sugerente y con garra.
Ni lobo ni cordero. Niña de fuego
fotografía Elena Ballestero
Se acercaba la
medianoche y con ella se iba llenando la plaza de gente. El Art de nit a Alaró es ya la noche que da
el sus a las fiestas, anticipándose al pregón y al pasacalles. Así que tras la
última actuación de danza, Amalgama
de Catalina Carrasco, la bulla estaba garantizada en la plaça de la vila con el
Art&Krack del Batucrak d’Alaró. Componentes
convertidos en piezas de arte fueron convenientemente “pintados” mientras
realizaban su contribución artística a la noche: el gran mural de tela blanca
que se ha instalado como faldón del escenario montado en la plaza.
Art&Krack. Batucrak Alaró
fotografía Marga Adrover
Con el ritmo de la
batucada vibra Alaró, y Mallorca en pleno. Con su ritmo se puso fin a una noche
de arte, pero también inicio a la bulla de las fiestas.
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