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“Ella” en Es Centre,
Selva, 5 de mayo de 2018
Fotografía de Fiona
Mettini
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Cuando algo me toca hasta doler mi recurso es la
estilográfica. Podría hablar de mis pequeñas joyas que corren como el galgo
sobre un buen papel. Podría hablar también de esas otras pequeñas joyas que son
mis dedos amaestrados corriendo igualmente diestros sobre un teclado. Aunque de
lo que quiero hablar es de lo que duele.
Duele cuando te toca la fibra interior sensible, esa
que llamamos emoción y es vida, o inteligencia; no, inteligencia es la de quien
sabe tirar el dardo que muestra, que destaca, que hace ver eso que duele. La
verdad, el mundo, la lucidez. Uf lo que duele cuando nos la muestran en crudo y
sin velos. Hoy y hace cuatrocientos años; hace cuatrocientos años y hoy.
¡Qué actual es el mensaje de Sor Juana Inés de la
Cruz! Ella lo puso sobre el papel y ahora la compañía de Teatro La Lavandería
lo exhibe sobre las tablas. Adaptación dramática la que ha hecho Marisol
Ramírez de la escritura viva, vivaz, enérgica y actual de una figura que por
estos lares nos empeñamos en desconocer. Otra cosa es el reconocimiento que
tiene allende el charco. Su México natal sí ha sabido valorarla. Me sorprende
que en este mundo de globalización en que compartimos tanto, la cultura real,
la que aporta puntos de vista, esa parece que la ignoremos, como si no fuera
importante difundirla. Mundo globalizado en el que cada vez sabemos más de
menos cosas y más fútiles. Pero en el que no reflexionamos ni queremos saber
nada de quienes sí lo hacen.
De Sor Juana Inés de la Cruz se podrían decir muchas
cosas, pero para eso están sus libros e incluso la wikipedia, y el google todo
que inunda cualquier pantalla sólo con clicar su nombre. O el montaje teatral
que Marisol Ramírez en la adaptación dramática, Assun Planas en la dirección
escénica y Toni Socias en la escenografía concisa y sabia ofrecen en un lento
gotear de funciones aquí y allá, sin la fuerza de una gira pero con el ímpetu
de su desvelo.
«Ella» se
estrenó en Palma; sonó en México, en menos funciones y lugares de los previstos
por mor del último terremoto que les tiró abajo el escenario; sobrevoló Cataluña
y prepara su desembarco en tierras castellanas y portuguesas antes de regresar
a Palma, donde ‑por fin- tiene previstas dos actuaciones el próximo otoño. En
la isla, tras el estreno que dejó sin localidad a muchos interesados, el sábado 5 de mayo el auditorio de Es Centre de Selva les acogía: al Teatro La
Lavandería, a Sor Juana Inés de la Cruz y sus fantasmas y realidades, tan
actuales, y al público que llenamos la sala intuyendo que lo merecía, como así
fue.
Que le duela
a uno es muy bueno. Que le sorprenda, que le maraville, que le ponga ante los
ojos la actualidad de la escritura de Sor Juana Inés de la Cruz, quien firmaba
el texto del que parte la obra el 1 de marzo de 1691, apenas cuatro siglos
atrás: la carta en Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, inédito travestismo del obispo mexicano de Puebla que
pretende bajo este pseudónimo ponerse al nivel de la mujer a la que reprende
por todo aquello que casi aún ahora no puede hacer mujer: pensar, reflexionar,
estudiar, escribir, decir, decidir, decir no, hacer, denunciar. El mundo de la
fe fue el único reducto para no tener -al menos- que someterse a las
obligaciones de la vida de familia y poder desarrollar la formación del
espíritu y el estudio, cosa que también pretenden evitarle enviándola a la
cocina, donde sin embargo -dice- se puede “filosofar y aderezar la cena”, que
añade: “Si Aristóteles hubiera guisado, mucho más hubiera escrito”.*
Reivindica
en toda su actualidad el pensamiento, la necedad del hombre, el desvelo ante
cualquier denuncia que ahora se diría feminista, y ah, el silencio, que “pero
como éste es cosa negativa, aunque explica mucho con el énfasis de no explicar,
es necesario ponerle algún breve rótulo para que se entienda lo que se pretende
que el silencio diga; y si no, dirá nada el silencio, porque ése es su propio
oficio: decir nada”. Silencio que “no dice lo que vio, pero dice que no lo
puede decir; de manera que aquellas cosas que no se pueden decir, es menester
decir siquiera que no se pueden decir, para que se entienda que el callar no es
no haber qué decir, sino no caber en las voces lo mucho que hay que decir.”
Sor Juana
Inés de la Cruz calla y dice, dice y calla y denuncia y reflexiona y casi
cuatrocientos años después las mujeres podríamos todas clamar su Respuesta a Sor Filotea en tantas
ocasiones y situaciones que demuestran su cruda actualidad, o la tristeza de
que ni siquiera con la lucha de tantas mujeres que Ramírez reivindica hayamos
conseguido todavía un símil de igualdad o de respeto.
Sola sobre
el escenario, Marisol Ramírez cuenta con una escenografía somera pero precisa
que la acompaña todo el rato y la mantiene en activo mientras dice y muestra la
actualidad de la reflexión de Sor Juana Inés de la Cruz junto al audiovisual
con el que dialoga y permite las idas y venidas del siglo XVII en México a la
actualidad más rabiosa en la España del XXI en que todavía ahora las mujeres
necesitamos reconocimiento y asunción de nuestro propio cuerpo y poder.
*Citas de Respuesta a Sor Filotea en Wikisource