Tomo prestado el título para este cuaderno del libro de Federico Hernández de Goncer (Palma, 1948), cuyo subtítulo es espléndidamente expresivo de qué quiero yo hacer en este periplo: Fantasía biográfica de la isla de Mallorca. Una isla, como una vida, se construye día a día, y la nuestra está viva y plena de vivencias actuales y remotas: visitantes ilustres, residentes con cosas que decir y que mostrar, homenajes a quienes fueron y estuvieron, huellas en la isla, muchas todavía frescas, y manifestaciones artísticas de variados signos...


sábado, 1 de diciembre de 2018

¡Cuánta realidad!


El arqueólogo / Román Piña Valls
La Coruña: Ediciones del Viento, 2018


Cicciano, Claudio Bersani, su familia y su entorno son los lugares y personajes de la novela que acaba de presentar el humanista clásico Román Piña Valls, a quien conocemos por alguna de sus tres facetas: la de pertinaz profesor de lenguas clásicas, la de escritor o la de editor.

Qué necesaria aunque desagradable la reivindicación de la Filología con mayúsculas desde el aprendizaje del griego y el latín que consideraríamos más si fuéramos capaces de valorar nuestros orígenes y nuestra capacidad de reinvención cíclica; un haber prolífico de títulos en que ha venido desplegando su ingenio con diferentes fortunas y galardones varios; y su labor de editor desde la que está dando cabida a interesantes textos tanto de narrativa, poesía como ensayo en un mundo en el que pocos arriesgan por nuevos autores; todo ello se intercala de alguna forma en este texto, que además cuenta -aunque no sea novedad en la lista de títulos del autor- con la implicación de un editor de reconocido mérito. El Arqueólogo ha salido a la calle volando “al Viento” desde La Coruña por una de esas editoriales que se desvelan por lo que hacen y consiguen prestigio con ello.

Claudio Bersani es un catedrático universitario de una especialidad relevante: la arqueología, como lo podría ser de cualquiera que nos queramos imaginar. Es un profesor global en un mundo globalizado de nuestro entorno occidental: Cicciano podría ser Puigpunyent, como Esporles. Porque Cicciano, el pueblecito dormitorio de la región italiana de Campania podría asimilarse a pueblos dormitorio de ciudades de mediana población como Palma o Nápoles.

Desde ese entorno Román Piña despliega una prosa muy ágil, algo entrecortada como a veces es la vida, en que muestra todas las capas y facetas del personaje y da entrada -de forma un poco abrumadora a momentos- a tantas situaciones de la vida completamente real que vive el protagonista.

Necesitamos que nos relaten así la vida tal vez para conseguir entenderla, tal vez para captarla, tal vez para ser capaces de verla. La vida que narra Piña es la que vivimos, y ¿nos gusta vivirla así? Si acaso queremos hacernos esta reflexión, como lectores, necesitamos que haya quien la plasme. Pura realidad. Creo yo que la novela ayuda a entender aquello que es nuestro propio entorno, ya sea en el momento en que se vive como cuando signifique una mirada al pasado. Y esta novela está plagada de ello. De nuestra existencia fragmentaria, o de la presencia continua de fragmentos: esas idas y venidas de nietos e hijos, la emigración tan presente, la novela como construcción menor de la vida, esos perros molestos del vecino, esa inoportuna ocupación ilegal del terreno colindante; esas situaciones que pueden acabar, desde la propia realidad, como si leyéramos una novela negra: con su resolución necesaria.
Inteligente el uso de la ironía que viene siendo marca característica del autor, en esta ocasión con un uso comedido y dejando que sea el final el que la aporte toda, así, de repente, como quien no quiere la cosa. ¡Cuánta realidad!
Publicado en Bellver, suplemento de Diario de Mallorca, 
el 22 de noviembre de 2018

martes, 13 de noviembre de 2018

Medievalista desmontando certezas


Unos cuerpos / Ruth Miguel Franco
Palma: Sloper, 2018

Propone Ruth Miguel una lectura difícil en la que hay que llegar al final para querer volver al inicio. Su libro Unos cuerpos está formado por una serie de siete ensayos que desentrañan el mundo de la certeza -o la certeza del mundo- desde la visión nítida y luminosa de una medievalista, vaya, una especialista en esa época que seguimos empeñados en considerar ominosa y oscura. Porque, como ella misma dice, “lo difícil es (…) acostumbrarnos a no colgarles a las cosas nuestras ideas sobre ellas”.
Ruth Miguel es filóloga, y poeta, y persona vital y enredosa, además de profesora de la UIB, y nos propone mirar los cuerpos para mirar la vida. Es la suya una visión que despliega su bagaje filológico, como arqueológico; y que se explica también desde la antropología, por qué no.
Su lectura me ha descolocado, me ha resituado, me ha cuestionado, desde su búsqueda de certezas para llegar a la nada. Esa terra incognita del mundo medieval por el que nos atraviesa antes y después esta mujer de saber enciclopédico a la que he acudido pasando antes por su hacer poético. Con La muerte y los hermanos que Rialp le publicó obtuvo un accésit al Premio Adonáis 2011. Su infancia y el advenimiento al mundo que ya entonces se deja ver como una herida en descripciones a manera fotográfica que desvelan esa necesidad de mirar para ver más abajo -valga por más dentro-. Porque “cruzar el mundo es más fácil / que entender se tarda menos”. Hay que leerlo como lo que son, dos versos, antes de que se complique al intentar, volviendo a los ensayos de Unos cuerpos, seguir un discurso lineal para intentar desentrañarlo.
Mamá, 1999 / Louise Bourgeois
Va a ser que no es posible, y a la manera de Ramón Andrés en su Pensar y no caer o de Estrella de Diego en su Travesías por la incertidumbre, nos conduce Ruth Miguel a la búsqueda de una certeza inexistente sobre el cuerpo, la mujer, el símbolo y su validez. El hijo ajeno nos hace repensar los mitos y -quizás lo más llamativo- cómo el asco a modo de gesto universal resitúa a la mujer en el mundo y en la plasmación que el mito ha hecho de ella. Así que Una habitación propia que nos suena tan cercano, y deseable, y feminista, nos cuenta de la reclusión femenina medieval voluntaria, en la búsqueda de sentirse útiles y saberse queridas, como “la forma más verdadera y más estúpida de tener una habitación propia”. Ansia de soledad de la que parece que no debemos hablar. Solo que -jaja- llega Mi corazón es una araña y se nos desmonta esa araña tejedora a manera del mito de Aracne como hemos inventado e imaginado que fue siempre, para que los Hilos que teje Chantal Maillard o la araña como madre a que nos invita Louise Bourgeois se anule. Ay las certezas. Dioses nuevos escondiendo a los viejos para contar la historia a manera y semejanza del momento. ¡Qué fastidio romper mitos! Y eso es lo que hace Miguel. Pero déjame decirte que Louise Bourgeois sí tenía razón: su madre la devoraba.
El cuerpo como narración transita entre el amor y la historia, que “es como el amor porque ambas son el arte de mirar con atención los cuerpos” que, con la memoria, se permite reelaborar las narraciones de la historia. El cuerpo, la infancia, la maternidad y la civilización que viene Ruth a decir y hacernos ver lo que aprieta y pesa.

Creo que le hubiera propuesto abrir su libro con la última de sus propuestas, un paseo por el interior de la iglesia prerrománica burgalesa de Quintanilla de las Viñas para definir que no hay certeza, no, pero la erudición permite desentrañar, entender, interpretar, y eso es lo que hace Ruth Miguel ofreciéndonos una propuesta de lectura que podría ser anotada, pero que permite la ligereza de una mecedora.

Publicado en Bellver, suplemento cultural de Diario de Mallorca,
18 de octubre de 2018

domingo, 3 de junio de 2018

Hacer poesía de la pérdida como de la felicidad


Infinity / Chiharu Shiota
[Espace Culturel Louis Vuitton, Paris, 2015]photo by Sunhi Mang

 Hombres imprudentemente poéticos / Valter Hugo Mãe; Martín López-Vega (tr.)
Homes imprudentment poètics / Valter Hugo Mãe; Víctor Martínez Gil (tr.)
Barcelona: :Rata_, 2018


Adentrarnos en los hilos de la muerte para llevarnos a los de la vida es lo que hace Valter Hugo Mãe en Hombres imprudentemente poéticos. Al final de una lectura que no sabía dónde acabaría conduciéndome: de la emoción y dulzura del principio, con la expresión del simbolismo de cada uno de sus personajes, a la violencia de la segunda parte que me mantuvo encogida las entrañas; de la percepción fugaz del amor que ha logrado Matsu a un final que se precipita hacia el entramado de la compleja nobleza del buen morir según los ojos de la cultura japonesa. A Chiharu Shiota es donde me condujo el final de esta lectura. Recordar sus -para mí- hermosos entretejidos me hizo poner imagen al libro, y conclusión a su lectura.
Del Infinito en negro con que ilustro el principio de este texto, esas redes increíbles que desde la formación europea que tiene la japonesa Shiota tan bien enlaza su visión del mundo con la manera a que estamos acostumbrados los “occidentales” -mal que nos pese-. Lo mismo ha hecho Mãe. De la infinitud de visiones que provoca esa primera actuación del protagonista Itaro con que inicia la novela que pueda parecer poética pero es devastadora, a la comprensión de la vida como felicidad: “la ciega respondió que ver la felicidad era una justicia de la vida” (p.217), a pesar de que “sabía bien [ella encarna en esta novela la sabiduría de quien ve mejor que nadie] que la felicidad se componía de la suma de muchas tristezas, también” (p.222). 
Sé que estoy obsesionada con las tupidas redes que teje Chiharu Shiota. Como puede que me sienta obsesionada con la visión sin estereotipos de la vida según la sensibilidad japonesa exhibida por los ojos occidentales de Mãe. Es lo que ha hecho Valter Hugo Mãe, trasladar al papel su visión de la complejidad del laberinto de hilos por los que caminamos todos en la vida, hacia la muerte, adentrándonos en la naturaleza como perennidad y sintiendo la sabiduría que nos conduce a la felicidad.
Chiharu Shiota se hizo conocida con sus redes de hilos en negro que envolvían la memoria -o quizá el olvido- de objetos cotidianos, puertas de casas, pianos, maletas… que luego reconvirtió en redes rojas de flujo sanguíneo de vida.
Rain of Memories / Chiharu Shiota
[Ferenczy Múzeum, Szentendre, Hungria, 2016] photo by Deim Balázs 
Ahora, volviendo al negro -y a veces blanco- que El elogio de la sombra de Okakuro Kakuzo nos recuerda como preferencia de lo zen, entrelaza en cambio, volviendo a la vida, esas cartas de gratitud, de savia en suma, que muestran lo bueno, lo vital, de la memoria.
Letters of Thanks / Chiharu Shiota
[SESC, Sao Paulo, 2015] photo by Gal Oppido
«Cuando Itaro cazó el abejorro y lo golpeó hasta que su cuerpo mínimo fue tan solo una mancha en la madera del suelo, quería matar algo más que un abejorro. Itaro quería matar una idea». Este es el principio de su novela que me produjo un impacto como pocos. Esa idea que podía ser luminosa, a pesar de llevar en sí la muerte. Porque, ¿quién de nosotros no ha chafado, así, con el dedo, un mosquito volador y se ha sentido orgulloso de su logro? Y sin embargo es muerte, que no captamos como tremenda hasta que el mismo Itaro, nuestro protagonista, se ensaña pisoteando flores, pisoteando hasta el crujir de la muerte un gato…

De la dulzura de la conservación de la vida de la hermana ciega -que creen no sólo ciega sino inservible- a la violencia profunda que se le desata -se nos desata- tras su pérdida. La pérdida de la sabiduría que aporta Matsu con su ceguera, esa forma sabia de mirar el mundo viendo lo importante, captando la felicidad. De lo que no se es consciente hasta que se pierde. El sentimiento oriental de la vida, la sabiduría, la felicidad, es lo que nos narra Mãe con la historia humilde de unos pocos personajes en la ladera de un monte cercano a Kioto. La inmensidad de la vida, en suma, con todos sus matices y su seducción.

lunes, 7 de mayo de 2018

«Ella» seguimos siendo todas

“Ella” en Es Centre, Selva, 5 de mayo de 2018
Fotografía de Fiona Mettini

Cuando algo me toca hasta doler mi recurso es la estilográfica. Podría hablar de mis pequeñas joyas que corren como el galgo sobre un buen papel. Podría hablar también de esas otras pequeñas joyas que son mis dedos amaestrados corriendo igualmente diestros sobre un teclado. Aunque de lo que quiero hablar es de lo que duele.

Duele cuando te toca la fibra interior sensible, esa que llamamos emoción y es vida, o inteligencia; no, inteligencia es la de quien sabe tirar el dardo que muestra, que destaca, que hace ver eso que duele. La verdad, el mundo, la lucidez. Uf lo que duele cuando nos la muestran en crudo y sin velos. Hoy y hace cuatrocientos años; hace cuatrocientos años y hoy.

¡Qué actual es el mensaje de Sor Juana Inés de la Cruz! Ella lo puso sobre el papel y ahora la compañía de Teatro La Lavandería lo exhibe sobre las tablas. Adaptación dramática la que ha hecho Marisol Ramírez de la escritura viva, vivaz, enérgica y actual de una figura que por estos lares nos empeñamos en desconocer. Otra cosa es el reconocimiento que tiene allende el charco. Su México natal sí ha sabido valorarla. Me sorprende que en este mundo de globalización en que compartimos tanto, la cultura real, la que aporta puntos de vista, esa parece que la ignoremos, como si no fuera importante difundirla. Mundo globalizado en el que cada vez sabemos más de menos cosas y más fútiles. Pero en el que no reflexionamos ni queremos saber nada de quienes sí lo hacen.

De Sor Juana Inés de la Cruz se podrían decir muchas cosas, pero para eso están sus libros e incluso la wikipedia, y el google todo que inunda cualquier pantalla sólo con clicar su nombre. O el montaje teatral que Marisol Ramírez en la adaptación dramática, Assun Planas en la dirección escénica y Toni Socias en la escenografía concisa y sabia ofrecen en un lento gotear de funciones aquí y allá, sin la fuerza de una gira pero con el ímpetu de su desvelo.

«Ella» se estrenó en Palma; sonó en México, en menos funciones y lugares de los previstos por mor del último terremoto que les tiró abajo el escenario; sobrevoló Cataluña y prepara su desembarco en tierras castellanas y portuguesas antes de regresar a Palma, donde ‑por fin- tiene previstas dos actuaciones el próximo otoño. En la isla, tras el estreno que dejó sin localidad a muchos interesados, el sábado 5 de mayo el auditorio de Es Centre de Selva les acogía: al Teatro La Lavandería, a Sor Juana Inés de la Cruz y sus fantasmas y realidades, tan actuales, y al público que llenamos la sala intuyendo que lo merecía, como así fue.

Que le duela a uno es muy bueno. Que le sorprenda, que le maraville, que le ponga ante los ojos la actualidad de la escritura de Sor Juana Inés de la Cruz, quien firmaba el texto del que parte la obra el 1 de marzo de 1691, apenas cuatro siglos atrás: la carta en Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, inédito travestismo del obispo mexicano de Puebla que pretende bajo este pseudónimo ponerse al nivel de la mujer a la que reprende por todo aquello que casi aún ahora no puede hacer mujer: pensar, reflexionar, estudiar, escribir, decir, decidir, decir no, hacer, denunciar. El mundo de la fe fue el único reducto para no tener -al menos- que someterse a las obligaciones de la vida de familia y poder desarrollar la formación del espíritu y el estudio, cosa que también pretenden evitarle enviándola a la cocina, donde sin embargo -dice- se puede “filosofar y aderezar la cena”, que añade: “Si Aristóteles hubiera guisado, mucho más hubiera escrito”.*

Reivindica en toda su actualidad el pensamiento, la necedad del hombre, el desvelo ante cualquier denuncia que ahora se diría feminista, y ah, el silencio, que “pero como éste es cosa negativa, aunque explica mucho con el énfasis de no explicar, es necesario ponerle algún breve rótulo para que se entienda lo que se pretende que el silencio diga; y si no, dirá nada el silencio, porque ése es su propio oficio: decir nada”. Silencio que “no dice lo que vio, pero dice que no lo puede decir; de manera que aquellas cosas que no se pueden decir, es menester decir siquiera que no se pueden decir, para que se entienda que el callar no es no haber qué decir, sino no caber en las voces lo mucho que hay que decir.”

Sor Juana Inés de la Cruz calla y dice, dice y calla y denuncia y reflexiona y casi cuatrocientos años después las mujeres podríamos todas clamar su Respuesta a Sor Filotea en tantas ocasiones y situaciones que demuestran su cruda actualidad, o la tristeza de que ni siquiera con la lucha de tantas mujeres que Ramírez reivindica hayamos conseguido todavía un símil de igualdad o de respeto.

Sola sobre el escenario, Marisol Ramírez cuenta con una escenografía somera pero precisa que la acompaña todo el rato y la mantiene en activo mientras dice y muestra la actualidad de la reflexión de Sor Juana Inés de la Cruz junto al audiovisual con el que dialoga y permite las idas y venidas del siglo XVII en México a la actualidad más rabiosa en la España del XXI en que todavía ahora las mujeres necesitamos reconocimiento y asunción de nuestro propio cuerpo y poder.
*Citas de Respuesta a Sor Filotea en Wikisource



domingo, 6 de mayo de 2018

El dret a la ciutat com a reivindicació



Seminari «El dret a la ciutat: subjectes i conflictes en la societat actual»

UIB Universitat de les Illes Balears
Grup de recerca en Filosofia Pràctica PRAXIS en el marc del projecte de recerca "Esfera pública y sujetos emergentes". Joaquin Valdivielso (coord.)
Can Balaguer, 23 de març de 2018

Can Balaguer semblava un lloc prou adient per celebrar el seminari dit El dret a la ciutat: subjectes i conflictes en la societat actual que organitzà el grup de recerca universitària en Filosofia Pràctica PRAXIS en el marc del projecte de recerca «Esfera pública y sujetos emergentes» de la Universitat de les Illes Balears.  Joaquin Valdivielso fou el coordinador d’aquesta jornada celebrada el passat 23 de març i a la que assistirem persones de diversos entorns disciplinaris totes amb interès pels estudis urbans.

Una intensa jornada començava  amb la precisa intervenció del president del recent estrenat Institut d’Antropologia de les Illes, Alejandro Miquel, que ens va fer un tast de dues lectures prou importants per a ubicar l’estat de la qüestió o tal volta el punt de partida; perquè el seminari tendria un punt reivindicatiu; però no avancem gaire la jornada. L’urbanisme com a mode de vida del sociòleg de l’escola de Chicago Louis Wirth, del que el títol és clar respecte al seu contingut, i El dret a la ciutat del també sociòleg francès Henri Lefebrve del que aquest seminari volia esser un homenatge als cinquanta anys de la seva publicació, que es celebra de la millor manera possible, amb la seva re-edició.

Reivindicant el dret a la ciutat com a únic horitzó possible, amb un nou urbanisme que permeti gaudir la ciutat, habitar la ciutat, apropiar-se de la ciutat fins a fer-la nostra, partia una jornada que dedicà el primer bloc a la representació narrada de la ciutat: ja centrant-nos en els entorns de l’illa com espai anacrònic en què en Xavi Barceló en destacà els de l’exclusió social i proposant la mirada des de fora com a ciutat del desig per part d’Eduard Moyà.

El matí es tancà amb el bloc dedicat al límits de la ciutat. Les doctores en geografia per l’UIB ens presentaren respectivament una anàlisi de l’abast territorial de l’illa com a entorn metropolità na Margalida Mestre i un estudi exhaustiu sobre la realitat dels desnonaments com a procés de despossessió d’habitatges na Sònia Vives, tot donant visibilitat al fet real de gentrificació i turistització que es volia desvetllar i donar visibilitat amb aquest seminari. El capvespre s’inicià amb la intervenció de l’antropòleg Marc Morell qui partint de les tesis de David Harvey i Manuel Delgado ens va fer palès de manera prou clara el procés viscut pel barri anomenat actualment com de Canamunt, però abans com Sa Gerreria o si més no barri Xino; tot un procés històric i social de degradació, esbucat i nova construcció per una gentrificació que ara ja s’ha convertit en un nou procés de turistització. Anàlisi clara, concisa i visual que donava entrada al bloc final, en forma de debat moderat per Mulay Embareck en què participaren l’escriptor Jaume Munar per parlar de Ciutat i Joan Uribe del Observatori d’Antropologia del Conflicte Urbà per parlar de Barcelona, ambdues com a ciutats en moviment, tal volta no ara el més desitjable; el que feren fou denuncia clara de l’estat real de la qüestió, de quina és la resposta tant per part de les institucions com de la ciutadania i de quina és la influència real d’aquests processos en el funcionament d’ambdues ciutats, tot dins un moviment d’afectació molt més ampla.
Publicat a Bellver, suplement cultural de Diario de Mallorca,
dijous 19 d'abril de 2018

Al rescate de joyas bibliográficas musicales

Publicado en Bellver, suplemento cultural de Diario de Mallorca,
jueves 15 de marzo de 2018

Todavía se producen iniciativas editoriales sorprendentes como esta que tengo entre manos que muestran/exhiben los arrestos de enamorados del saber musical. Los editores de Multisell2016 se han propuesto traer a nuestras estanterías valiosos textos sobre música y músicos nunca publicados en español o descatalogados. Ejemplo de lo primero es el estudio que los hermanos Henry, Arthur y Alfred Hill publicaran en Inglaterra allá por 1902 sobre Antonio Stradivari y su producción y que, contrastada con la documentación de Alfonso Mandelli que solo un año después se plasmaría en su propio libro desde Italia, ha venido siendo considerada desde entonces una obra de referencia.


Más de un siglo ha hecho falta para que el tratado llegara a nuestro idioma. Lo hace respetando las características de la segunda edición (de 1909) a modo de facsímil en papel, letra, uso de capitulares, entelado de la edición… todo un lujo en estos tiempos que corren. Claro que, contradicciones de nuestra existencia, si yo misma valoro el manejo de un libro de estas características, poder acceder a su versión e-book me parece otro lujo. Al querer cotejar su importancia como referente bibliográfico sobre Stradivarius y su increíble producción violera, he pretendido acceder a mi propia versión en papel del New Grove of Music and Musicians, cuando -oh hados-, resulta que lo tengo en un estante de mi otra biblioteca, distribuida en dos casas por falta de espacio, de manera que he tenido que acudir a la versión digital accesible en línea.

Este es un libro impecable de consulta sobre el trabajo del lutier de Cremona que dio forma a los excelsos instrumentos conocidos como Stradivarius en el que se analiza su producción, sus características, sus materiales y su importancia con un detalle que no ha perdido contemporaneidad, como lo mantiene la segunda de las ediciones de esta colección “Biblioteca musical da sé”: El longevo cantante Giacomo Lauri-Volpi publicó primero en Italia y poco antes de su muerte en España su libro Voces paralelas del que esta colección ofrece ahora una nueva versión mejorada y ampliada colección.

Ofrece Lauri-Volpi un recorrido por las voces y los protagonistas del mundo de la lírica europeo de la primera mitad del siglo XX, esas grandes voces que “intentan resistir al tristísimo mal que, poco a poco, ha ido reduciendo la más divina de las artes a una vida indigente y fatigosa”, según su propia opinión. Es una evocación de la “universal voz humana” para la que ha acudido a Plutarco (y sus Vidas paralelas) en la estructura por la que contrasta y empareja las voces del extenso repaso que hace al mundo de la lírica, aportando en cada uno de sus originales análisis una gran dosis de autenticidad y un inmenso conocimiento; por las voces que yo he escuchado (algunas incluso en directo, otras en grabaciones), su estudio, además de entretenido es acertado.

Es “Biblioteca musical da sé” una colección editorial que crece a un ritmo muy lento pero primoroso y que propone seguir dando luz a materiales musicales imprescindibles para el estudio y difusión desde las fuentes.

¿Necesitamos razones para pensar?

Publicado en Bellver, suplemento cultural de Diario de Mallorca,
jueves 1 de marzo de 2018


La lectura de Algunas razones de Paco Tomás ofrece una colección de aforismos, reflexiones y frases espectaculares -buenas y bien escritas- que se pueden leer en cualquier orden y manera, y sobre todo que se tienen que leer. Cómo pensar bien relacionando vida y cultura. Recopila Paco Tomás una selección de sus artículos de opinión, desde el 2001 en que se puso a ello hasta ahora mismo, con un epílogo sorpresivo, ese “Artículo que nunca me atreví a escribir”. Prólogo recomendable de la periodista y filóloga Marisol Ramírez; ella ya dice lo que tiene que decir.

Mi lectura ha sido cronológica, claramente evolutiva. Sus primeros escritos situados en “la pose” se enfrentan a la realidad desde una narrativa cómica, con personajes estereotipo; todo es una denuncia. Sus temas se centran en la corrupción, en el uso de la lengua -“a mi entender, las lenguas crecen cuando se piensan”-, en la vida y sus relaciones, en las mentiras de los medios, en las madres, en el paso del tiempo y cómo sobrellevarlo; es una disección a nuestra sociedad, pero también es una muestra de cómo y quiénes somos. Podríamos meter el libro en una caja del tiempo bajo la primera piedra de una construcción: cuando salga de nuevo a la luz permitirá entender cómo ha empezado el siglo este fracaso de sociedad nuestra.

“Es como vivir en el quinto acto de Hamlet. Cualquier cosa que hagas, que digas, que defiendas, es susceptible de venganza. Así es la especie humana”. Radical, contundente, se nos revela Paco Tomás en sus reflexiones sobre el sistema, la conciencia social, la democracia y sus políticos, el desprestigio del ocio, la paciencia frente a la indignación, el machismo, el neoliberalismo (juntos o separados): “restricción, productividad y competitividad” como únicos conceptos.

Paco Tomás se define: “yo siempre intento distanciarme un poco del personaje que opina en Twitter, escribe en Facebook o ficciona una vida de estrella mediática en Instagram”; en estos textos es un escritor comprometido, reflexivo, emocionado, que cuanto más avanza en su escritura más se adentra en un tema en el que se ha especializado, la visibilidad sin prejuicios del orgullo LGTB, algo que hace semanalmente desde su atalaya de radio 5 Wisteria Lane; lo convierte en monotema  en el avance de sus reflexiones, ayudando a pensar y a visibilizar estos tiempos difíciles “en los que es muy complejo (…) convertir la coherencia en un valor supremo y sin matices”. Amor, amistad, orgullo, orgullo lgtb, dignidad, en esta progresión.

Para el final nos reserva una sorpresa. Ese escritor que va más allá de su personaje, que desde la contradicción en que vivimos plasma ideas claras, que no impone, que sólo quiere ayudarnos a pensar, que reclama la necesidad de remarcar la propia identidad, reivindica finalmente “el silencio, el refugio, la rabia” como opciones válidas y dignas. Y es que la vida nos pone a prueba muchas veces. A él -como a mí- finalmente le ha tocado el temor al tumor, con el que cierra un más que recomendable cúmulo de cavilaciones.

domingo, 18 de febrero de 2018

Narraciones urbanas



Yolanda Trigo no nos propone una verdadera “distopía urbana” en su exposición. “Mundo imaginario que se considera indeseable” o “sociedad ficticia indeseable en sí misma”; siempre lo de “indeseable”. Yo me quedaría en algunas de las narraciones que Yolanda Trigo nos ofrece en sus fotocollages; no resultan nada indeseables.


Urbana, tan urbana que su imaginario se despliega a partir de la ciudad de Palma. Recorridos algunos infrecuentes que nos hacen mirar y remirar nuestra ciudad hasta situarnos. Ya lo he dicho, yo me instalaría en alguno de esos rincones, con bicho incluído -o no-. Compartiría una anochecida sobre redes en el puerto pesquero junto a la sirena varada, tal vez la más bonita de sus propuestas fotográficas: discreta sirena varada sobre un sereno atardecer en uno de los pocos muelles auténticos que le quedan a Palma.

Nada indeseable. Yo me metería -para permanecer- en muchas de sus historias, porque cada fotografía es una narración. Narraciones en blanco y negro, como los soportales de la lonja con el letrero de Las Vegas en color; como la dama despistada siguiendo a la mariposa en azules. Si en estas piezas el color juega un papel muy efectista, en otras el color brilla en su plenitud, la de los objetos y animales añadidos a escenografías urbanas elegidas con una intención claramente narrativa. Palma, Mallorca como ese enclave de citas y propuestas. En otras el color se tamiza con la luz para semejar una propuesta en sepia. Del mar que nos aísla para el hombre sin cabeza a las figuras que surgen también del mar para incorporarse al imaginario de la ciudad. O ese mar al que desea volver el buzo cautivo en la calle inundada. O rincones de arquitecturas como el patio con arco en que nos recibe la japonesa con sombrilla bajo la que quedarnos.

No veo distopía donde Yolanda Trigo ubica sus narraciones urbanas. Las suyas jugando a mezclar elementos fotográficos extraídos de internet para situarlos sobre propuestas previamente guarecidas en Instagram. Es una propuesta de personalización de la fotografía en las redes; cómo la insinuación más personal puede tener origen en la supuesta impersonalización de internet. Insinuación, digo, porque Yolanda Trigo, con todo y situar las fotos agrupadas en páginas a modo de cómic con sus leyendas escritas, lo que hace es proponer historias de lectura de la urbanidad y sus paisajes, los arquitectónicos pero también los callejeros, como los marinos o los más campestres.

Distopía urbana, exposición de fotocollages de Yolanda Trigo
Galería Horts1, calle Horts 1, Palma
Del 2/2 al 28/2 de 2018

miércoles, 31 de enero de 2018

Miró de tornada






Ha llegado el momento de despedir al Miró que estos últimos meses ha ocupado, como de tornada, de nuevo, su casa, la renombrada Miró Mallorca Fundació. Han sido unas cuantas las visitas, merecidas. La selección, la colocación, la ubicación incluso. No quise dejar de ir el último día; no sé si era esta una exposición para ver en silencio, como otras veces, o hablando de lo que íbamos viendo, como he hecho esta.
Contemplación, meditación, esta exposición la ha conseguido y provocado; dentro incluso de la sala, junto al tríptico de azules, rompiendo el miedo al museo como lugar sagrado. Museo como lugar de vida.
Pintura I, II y III, 1973
Los azules en forma de tríptico, las impactantes Pintura I, II i III (todas de 1973) en que el azul, el mar quizá, quién sabe si el cielo, el color de los sueños... recrea tres resultados para mí tan diferentes a partir de -casi- los mismos elementos. Miró nos tiene acostumbrados a trípticos quizá porque el tres es importante en su producción, quizá porque encontró muchas maneras de decir cosas parecidas, quizá porque nos permite sentirnos envueltos por una misma sensación pictórica. En esta exposición, también Oiseau dans l’espace I, II i III de 1965 en que el pájaro se desplaza en el espacio.  Y una sala más allá, Femme devant le soleil I, Femme devant la lune II y Femne devant l’étoile-filante III de 1974 que Català-Roca retrató un año antes en Son Boter mientras estaban en proceso de ejecución y que muestran el trabajo sobredimensionado del maestro en que el mundo de la mujer en negro baila alrededor del sol, de la estrella o de la luna.
Más grandes todavía, las telas gemelas sin título (FPJM-53 i FPJM-54, de los años 1974 y 1973 o anterior respectivamente) han ocupado el Espai Cúbic ganando con la ubicación, de dimensiones tan proporcionales a ellas, y con la leyenda: un ejemplo de cómo una buena explicación mejora la contemplación.

Telas con agujeros, 1973

Por último, de esta exposición que ofrecía también muestras del mejor orientalismo mínimo y expresivo en algunos papeles, o del juego dialogante de Miró con otras aportaciones como la pompier del Ballet romantique de 1974, recordaré especialmente las telas con agujero, una serie que hubiera mejorado unificando los marcos con que las tenían enmarcadas sus respectivos propietarios. Todo un impacto encontrar juntas las telas del agujero blanco, el rojo, el azul y amarillo o el negro (todas del 1973), la atrevida mano de un Joan Miró osado pero también introspectivo que jugaba con las formas, los colores, las texturas, para no dejar nunca de sorprendernos.
Miró Mallorca Fundació