
Indiana / Amantine Aurore Dupin (George Sand)
Traducción de Eva María González Pardo
Barcelona: Seix
Barral, 2020. 348 páginas
La
intención de la editorial Seix Barral de dar visibilidad a los nombres
auténticos de escritoras escondidas bajo pseudónimos masculinos puede tener su
punto de interés histórico, aunque en realidad es mayor el lío catalográfico
que se organiza. Pero sobre todo, lo que se consigue -eso sí- es que sus libros
resurjan a la lectura. Es el caso de Amantine (también mencionada como
Amandine) Aurore (este es el nombre con que más veces se la cita, y que utiliza
su biógrafo) Lucile (este tercer nombre no consta en la edición que manejamos)
Dupin (apellido auténtico de padre) de Dudevant (apellido de casada, con el que
se la conoce durante mucho tiempo), además del título que ostenta, baronesa de
Dudevant: George Sand, finalmente, que es como ha pasado a la posteridad, como
las bibliotecas nacionales la catalogan, y como este libro, que pretende
recuperar su nombre original, está siendo distribuido en los catálogos de
librerías en red.
Lo mejor
de todo, finalmente, es poder hablar de la literatura escrita por una mujer
adelantada a su época, reivindicativa, rebelde, de avanzadas ideas políticas y
sociales, y que plasma todo eso en la literatura que publica, generalmente por
entregas en revistas parisinas de la época (estamos en plena revolución social
en Francia, es en 1832 cuando publica Indiana, que será su primera
novela completa). Literatura, la que escribe Aurore Dupin, considerada
folletinesca y de amor, en la que reivindica la necesidad del cambio social y
político. Y que sus personajes viven, sufren y padecen, como esta protagonista,
Indiana, que muestra los avatares de una joven noble atrapada en un
matrimonio desigual y sus posibles relaciones con otros hombres. Como dirá su
biógrafo (el gran André Maurois), “el tema esencial era la oposición entre la
mujer, que busca un sentimiento absoluto, y el hombre, siempre más vanidoso o
sensual que enamorado” (Maurois, p. 144).
No
explicaré la trama. Merece su lectura, porque en realidad nada es lo que
parece. Pero sí diré que la escritura de Aurore Dupin/George Sand no es tan
decimonónica como uno piensa, y sus descripciones y la inmersión en la época
que se vive es muy buena, y que está plagada de pensamientos que en su momento
debieron resultar impensables, si no imperdonables, sobre la relación de
desigualdad de la mujer, sobre la necesidad de cambios sociales y políticos
(mete en esos berenjenales incluso a alguno de sus personajes).
De ahí la
necesidad de firmar como George Sand, de “sustraerse tanto por el nombre como
por el vestido” (Maurois, p. 142) de la servidumbre de las mujeres. Mujeres
como la protagonista de esta novela, la aristócrata de procedencia criolla Indiana,
que convive con un marido caracterizado como distinguido que a todo a lo que
alcanza es a “respetar la palabra de aquella mujer tanto como despreciaba sus
ideas” (p. 228).
Por
suerte, ya en 1832, una escritora como Aurore Dupin pudo plasmar en tinta
pensamientos reivindicativos de mujer como “puede imponerme silencio, pero no
me impedirá pensar” (p. 226). Aunque para conseguirlo le fuera necesario firmar
George Sand.
![]() |
Publicado en Los Lunes de El Imparcial el domingo 8 de marzo de 2020. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario